Entre todas las luces de la ciudad la vi pasar,

Esa que es pacifica pero aguerrida, cálida pero a la vez fría,

que muchas veces pasa desapercibida frente a la mirada superficial.

Esa que pocas veces se queda concentrada en la realidad

y prefiere con los ojos abiertos ponerse a soñar,

que se sumerge en la melancolía, que sale a danzar

con sus tristezas, que se disfraza con una sonrisa.

Esa que le perdió el miedo al juego de la vida porque

después de tantas batallas ya se aprendió a levantar,

que es una perfecta actriz frente a las mentiras pero

una pésima manipuladora de la emoción.

Esa que en su imaginación hizo del cielo un infierno,

que paso dolorosos años rasgándose la piel,

Esa que esta ahí soy yo.

He dejado de quererte, desde ahora, desde hace un rato, No puedo mentir ni decir la verdad. Ahora ya no te quiero. Adiós, Te habría querido para siempre.

Si yo pudiera saltaría al océano sin mirar atrás

para buscar todas esas palabras que se ahogaron
sin una previa despedida y disculpa por el dolor que causaron.

Si yo pudiera caminaría sin descansar, para llegar allá
donde están las respuestas a todas esas preguntas
que ciegan mi camino y encarcelan mi libertad.

Si yo pudiera pediría más que perdón por los daños
y heridas que cause al no ser fiel a mis ideales,
por la estaca que clavé en la espalda de los que amaba.

Si yo pudiera escucharía la voz que susurra en mi
oído derecho, que me pide que no continué en un camino
lleno de espinas y pesares del que una vez ya escapé.

Si yo pudiera ya no miraría con estos ojos llenos de
perplejidad , que reflejan el caos de mi interior y
que sucumben frente a una mirada entristecida.

Si yo pudiera abriría mis alas de Libélula que se
formaron de mi más profundo infierno, por las
que pase dolorosos años rasgándome la piel.

Quería escapar de mi cotidianidad,

Quería renegar de mi independencia,

Quería dejar de ser adicta a la libertad,

Quería engañar a mi soledad.

Pero hoy me desperté junto a una carta

que decía: Usted sólo es Una Soñadora más.

Extrañaba en cierta manera el frío que me hacia doler los huesos.

Vi caer mi reflejo destrozado

en un jardín donde jamas

broto una flor.

Vi a mi alma partir danzando

junto al viento en un atardecer

teñido de infierno.

Vi a mis palabras trizadas

llorando junto al inmenso mar

pidiendo de vuelta mi aliento.

Vi a mi amor seguir una sombra

que no tiene cuerpo ocultándose

en un camino que no tiene regreso.

Vi tantas cosas en la vida

que decidí cegar mis ojos

para ya no jugar con un destino

que nunca fue mio.

Soy un sentimiento en el mundo de la racionalidad,

Soy una lágrima perdida en el camino del llanto,

Soy un ave a la que le cortaron las alas,

Soy la última hoja que cae en otoño,

Soy un suspiro en el imperio del silencio,

Soy una mirada fija en la oscuridad,

Yo simplemente soy... Un árbol de corazones.

Creo que he nacido estando enamorada.

Tú que me diste la vida

en una cuna adornada por rosales,

Me brindaste tu suave regazo

para que diera mis primeros pasos,

Cada invierno tu agua del cielo

me limpia y purifica el alma

y cada primavera tus jardines

renacen para deslumbrar mi mirada.

Tú tierna y amorosa madre

cada día me acaricias con tu brisa,

me haces descansar bajo la sombra

de tus arboles sagrados.

Tú misteriosa y amante madre

contienes en tu cuerpo la fuente de vida.

Cada cosecha de tu vientre es fruto de amor

para tus hijos que no te olvidan.